sábado, 18 de mayo de 2013

LA CRISIS MUNDIAL Y DE BOLIVIA


LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL Y BOLIVIA


DANTE N. PINO ARCHONDO
Con atisbos de cierta curiosidad, antes que de preocupación, algunos medios comienzan a preguntarse, cómo esta Bolivia preparada ante la crisis económica por la que atraviesa el primer mundo. Es necesario dibujar el espectro económico de su crisis financiera, para ver sus alcances, y vale la oportunidad de aclarar que procuraremos hacer un resumen en aras del espacio que tiene la nota.
El desequilibrio que tienen sus cuentas fiscales, refleja enormes endeudamientos de estas economías, tanto de orden interno como externo, producto del gasto social promovido por el Estado de Bienestar y de un acentuado consumo interno, la inversión ha ido sustentando ambas cosas, en el entendido de que el mercado ajusta los desequilibrios y evita los excesos castigando a quienes se atreven a ir más allá del punto de equilibrio alrededor del cual se debe operar. Pero la desregulación iniciada durante la década de los noventa fomentó y amparó decisiones que crearon, expandieron y produjeron una masa de dinero no sustentada en la producción, sino en la especulación, que llegó a su punto límite alrededor del año 2008.
Todo este ejercicio de libre albedrio económico dio la sensación social de que se podía gastar ilimitadamente con el agravante de que mientras el gasto se expandía los ingresos seguían siendo iguales. Al tener que producirse el ajuste en un determinado momento, la realidad demostró que esas inversiones estaban en el aire y su impacto en las Banca y Empresas Financieras fue enorme.
La inversión busca lucro y seguridad. Al haber caído de bruces en operaciones que no tenían seguridad ni fueron debidamente analizadas, por las calificadoras de riesgo y seguro, buscan reubicarse en activos que le den lucro y esa seguridad necesaria que ha generado este cuadro de desconfianza. La falta de capital, tanto en el flujo operativo como en la creación de nuevas unidades económicas, hará que la producción encuentre límites, eso repercute en el empleo, esto a su vez genera la necesidad de ahorrar antes que de gastar lo cual reduce el consumo. Si el producto se frena y el consumo se reduce, la economía está fuera del punto de equilibrio y ese desajuste va acompañado de revueltas sociales que reclaman empleo y precios justos.
Uno de los efectos de este desagradable cuadro, es la tendencia de las economías a evitar importaciones y expandir exportaciones, se quiere vender al resto del mundo pero se evita comprarle. Y ello obliga a los inversores a buscar ramas de la economía que tengan mercado. Es decir que a pesar de la tendencia de no comprar la necesidad les imponga hacerlo. Estas ramas de la economía que tienen esas características son: la minería, el gas, petróleo, agricultura y pecuaria, riquezas naturales que tiene Bolivia.
¿Cómo se encuentra Bolivia ante este cuadro económico?
Veamos algunos indicadores que nos proporciona la Fundación Milenio: La tasa de crecimiento del PIB ha sido en los últimos diez años del 4,2%, mientras que el promedio latino americano ha sido del 7.9%, y la inversión extranjera fue del 15 por ciento cuando la latinoamericana fue del 19%, casos como el del Perú que alcanzó el 22 por ciento en relación al PIB. Esto demuestra que los esfuerzos realizados – teniendo en cuenta los precios internacionales de los minerales y del gas- han sido muy pobres. La inversión privada es la más baja de Latinoamérica, lo que explica el bajo crecimiento del producto. Adicionalmente se tienen datos de una caída del 82 por ciento en las exportaciones de textiles, carencia de energía eléctrica y un fuerte aumento del gasto corriente.
Es decir Bolivia no está preparada para aprovechar la actual crisis. Ha cerrado su economía a las inversiones por llevar a cabo una política económica ideologizada y ausente del escenario internacional, no es un país donde se observa seguridad y seriedad en las reglas de juego y respeto a las inversiones.
Esto representa un enorme costo de oportunidad. El Perú al contrario abrió su economía firmando Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, Unión Europea, Japón y otros países del Asia, lo que le da una ventaja sobre esas políticas proteccionistas que se pintan en el horizonte y le permite asegurar inversiones que están buscando oportunidades.
Por ello cuando se dice que la respuesta a esta crisis es movilizar las reservas, es como pensar en sacar los muebles cuando la oportunidad te dice que vendas la casa.

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